Una vez más, la puesta en escena
Ahora que ya se han hecho todos los análisis, proyecciones y declaraciones sobre las elecciones catalanas. Incluso ahora que ya sabemos en qué fecha se celebrarán las elecciones generales, quiero incidir en algo que siempre he creído de suma importancia; algo que, sin ser la "madre" de todas las herramientas de la comunicación, creo que merece la pena ser tenido en cuenta a la hora de diseñar la comunicación política. Me refiero a la puesta en escena.
No está este espacio pensado para hacer valoraciones sobre los resultados, pero sí lo está para valorar la comunicación de personas, entidades, instituciones etc. En cualquier caso, quede claro mi deseo de una España unida y constitucional (sea cual sea la Constitución que soberanamente se otorgue el pueblo español).
Vamos al asunto.
La noche de las elecciones catalanas seguí atentamente las comparecencias de los diferentes líderes políticos y, una vez más, me sorprendió alguna puesta en escena. En algún caso pareciera que a algunos les pilló de improviso. No me lo podía creer. Otros, sin embargo, conscientes de la importancia que un día (noche) como ese tiene, la cuidaron al detalle.
"Juntos por el sí", independientemente de la valoración de los resultados, de si la victoria cumplía o no las expectativas, incluso al margen del lío que se les avecinaba para formar un gobierno estable en la Generalitat, siguieron con su hoja de ruta, es decir, más leña, más movilización, más fiesta por la independencia.
El PSOE, con Iceta en Barcelona, a pesar de perder escaños, sin perder la sonrisa, rodeado por los suyos y con los mensajes ambiguos muy claros. Desde Madrid un Pedro Sánchez a lo "presidente", con banderas institucionales incluida la catalana (aunque de paso, podían haberlas colocado bien) pensando ya en su asalto a la Moncloa.
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