Ahora que tanto hablamos de liderazgo, pienso que no es discutible que los liderazgos hay que ejercerlos. Del mismo modo, opino que no se puede ejercer bien el liderazgo si quien lo pretende no es un buen comunicador. Lo que no quiere decir, por supuesto, que quien comunica bien sea un líder.
En el título de esta entrada hago alusión al líder del mundo libre, pero no, no voy a hablar de Obama.
Mientras en todos los escenarios políticos, económicos y "sociales", incluidos los patrios, el personal agota su capacidad de reinventar términos y estrategias de comunicación con la sana intención de reivindicar y afianzar sus liderazgos, aparece un señor que vuelve a conseguir, de forma unánime, la atención de las portadas de los periódicos más influyentes de Occidente.
¡Qué fácil ha sido!
El escenario adecuado, el momento idóneo, una actitud coherente, un relato que llega y, de verdad, interesa al público, promover la humildad como valor para ir por la vida y una sencilla frase; corta, directa, contundente. Sin rebuscados recursos retóricos. Sin terceras intenciones. Directa al corazón: "Señor, perdona tanta crueldad".
No ha sido necesario localizar un colosal escenario natural para capturar las imágenes. No ha hecho falta una banda sonora épica para estremecer los sentimientos; ni siquiera miles de "extras" para trasladar lo trascendente del mensaje. Y, por supuesto, han sobrado enrevesados guiones para un relato eficaz y conmovedor.
Simplemente se ha utilizado lo sencillo, lo esencial...la propia realidad.
Un relato que, por supuesto, nos sigue desgarrando pues tan solo han trascurrido 75 años del horror de Auschwitz y pareciera que queremos volver a las andadas.
La personificación de ese relato en el sacerdote polaco Maximiliano Kolbe que ofreció su vida a cambio de la de otro prisionero padre de familia.
Una imagen sobria, donde el líder del mundo católico reza en soledad.
...Y la frase en la que todos nos sentimos identificados.
Una vez más, lección de comunicación eficaz del Papa Francisco. ¡No aprendemos!
Imposible comunicar mejor. Definitivamente, para mí, es el líder del mundo libre.