Hoy comparto contigo una reflexión escrita al día siguiente de las elecciones andaluzas. Hasta hoy no me había sido posible publicarla. Espero que no te resulte extemporánea.
Hace tiempo que nació entre los políticos y los consultores el concepto de campaña permanente. No sé si englobando este concepto, alguien pudo predecir algo parecido a este paroxismo electoral al que estamos sometidos durante este 2015.
Ya hemos empezado por Andalucía. Y a falta de lo que nos queda por vivir, quiero pararme aquí. No para analizar lo que ha pasado y cuáles han podido ser sus causas. Mucho menos me voy a aventurar a predecir lo que va a pasar (para eso ya están las "encuestas"). Hoy quiero fijar mi atención, y la tuya, querido lector, en cómo han llevado a cabo sus reacciones ante los resultados, las diferentes opciones políticas.
Es evidente que todos han actuado bajo un estrés (para algunos postraumático) que, desde mi punto de vista, ha hecho poco creíble sus mensajes.
No deberían olvidar los partidos políticos que en dos meses los ciudadanos volvemos a estar convocados a las urnas y que la reacción transmitida en clave nacional tras las elecciones andaluzas, también cuenta de cara, ya, a los próximos comicios municipales y autonómicos.
A pesar de las interpretaciones interesadas, lanzadas por los diferentes medios de comunicación y sus periodistas, cada vez menos, el cuerpo electoral es permeable a sus comentarios sesgados. Cada vez más, el ciudadano tiene su propio criterio a la vista de lo que se le pone en la parrilla televisiva, eso sí.
Por este motivo no entiendo por qué algunos se empeñan en mostrar una realidad inexistente a los ojos de la mayoría.
Pienso que sería más efectivo haber lanzado mensajes basados en los resultados objetivos realizando análisis sinceros, no exentos de autocrítica, buscando conectar, al menos, con su público. El reconocimiento, con humildad, del lugar en que los ciudadanos han colocado a cada uno, hubiese sido más efectivo para los intereses de cada cual. Empeñarse en otra cosa no es rentable.
En esta tesitura, tan solo C´s y, en parte, Podemos, han realizado un análisis medianamente objetivo. Unos, reconociendo con humildad su entrada en el panorama político andaluz y, los otros, reconociendo que no han cumplido con sus expectativas.
Los demás, cegados por la soberbia o mirando para otro lado, no han sabido, ni siquiera, aprovechar lo positivo de sus respectivos resultados. Sin un ápice de autocrítica, lo que en estos tiempos no está bien visto por los ciudadanos.
Da la sensación de que todo este estrés hace cometer fallos de principiante. Nadie que quiera tener éxito hoy en unas elecciones puede separarse de la psicología del votante; tampoco en los análisis posteriores al día de la contienda. Deben formar parte también de la estrategia. No olvidemos que la campaña es permanente; este año más que nunca.