Viendo un informativo de TV, sigo atentamente la rueda de declaraciones sobre la renovación de los órganos del poder judicial en España. La última en escuchar por parte del Gobierno es la ministra Irene Montero que dice algo así como que el PP tiene secuestrado al poder judicial por su negativa a pactar. Mi asombro llega cuando, a renglón seguido, escucho al jefe de la oposición: "no habrá pacto de renovación de los órganos judiciales mientras..." (lo que viene después ya no importa; en mi opinión: cayó en la trampa).
Por ejemplo, la persuasión: "capacidad o habilidad para convencer a una persona mediante razones o argumentos para que piense de una determinada manera o haga cierta cosa". La persuasión tiene sus reglas y sus técnicas, y bien haríamos todos en repasarlas y tenerlas siempre presentes; en especial los que la tenemos como parte esencial de nuestro trabajo.
Desde luego que, tanto gobierno como oposición, tienen mensaje y objetivos definidos. Pero, ¿quién persuade más? El Gobierno, dejando en segundo plano el modelo y argumentos que lo sustentan, se ha centrado en acorralar al PP como causante del "desacuerdo". Es decir, lo importante es que haya acuerdo. ¿Por qué asume el líder de la oposición esa premisa? Y más importante, ¿por qué lanza su mensaje utilizando la expresión "no habrá acuerdo" que lo sitúa asumiendo directamente la responsabilidad?
Una vez más las técnicas de persuasión. Frente a las consabidas estratagemas de Schopenhauer bien podía hacerse un esfuerzo y salir del atolladero de la mano de las técnicas de persuasión, más aún cuando existe un público ávido y necesitado de respuestas y, sobre todo, de iniciativas.
Sé que es difícil, pero soy más de ganar por los propios méritos que hacerlo por los errores del adversario.