En situaciones de crisis tan sensibles como las que tienen que ver con la salud, que ponen en vilo a toda una nación, hay que ser responsables. Explicando con serenidad y honradez lo sustancial. Y lo sustancial aquí, y en primer lugar, es que el Gobierno de España y el Estado español, tiene la obligación de repatriar a sus nacionales en situaciones de este tipo. Luego, además, hay que tranquilizar a la población y explicar, a los medios de comunicación antes que a nadie, las cuestiones técnicas del operativo, para que nadie cometa la irresponsabilidad de hablar a "humo de pajas" en tertulias y magazines de verano.
Para lograrlo, no es suficiente que el Gobierno hable, el mismo día del traslado de nuestros dos misioneros, por boca de una Directora General del ministerio de turno, ni mucho menos es suficiente la voz de un consejero de comunidad autónoma. ¿Ha sido fruto de la fecha veraniega?, no lo creo.
Los titulares de los periódicos, en su línea, buscando el perfil más idóneo para incrementar la recaudación. Y lo de permitir todo tipo de imágenes sobre los preparativos del avión... de nota. Verlas tranquiliza muchísimo (¿?).
Ni que decir tiene, que menosprecio a cuantos además de torpes, han intentado rentabilizar políticamente este asunto, como algún sindicato y algún/a político/a de tres al cuarto queriéndose hacer oír en el desierto informativo del mes de agosto.
Hay cuestiones en comunicación, que por ser de Estado, son relativamente fáciles de llevar a la práctica. Al parecer, hoy, salvo ABC, el resto no hemos sido capaces. Una vez más se ha echado de menos valentía y altura de miras.