Quizás el relato más antiguo que
conocemos sobre el ejercicio de la persuasión lo encontramos en el libro del
Génesis, con la metáfora del pecado original y cómo Adán y Eva fueron
expulsados del paraíso gracias a la persuasiva serpiente.
Persuadir, uno de los objetivos
básicos y fundamentales de la comunicación. Es razonable que consideremos a la
comunicación más eficaz, cuanto más persuasiva logra ser.
Quienes dominan el arte de la
persuasión, saben que es fundamental conocer a fondo lo que queremos “vender”
y, por supuesto, saber lo que la audiencia (el sujeto al que se quiere
persuadir) necesita y/o quiere escuchar. Esto obliga, lógicamente, a
estructurar nuestro discurso en torno a las ventajas y fortaleza de nuestro “producto”
y el estudio de necesidades y tendencias de nuestro público objetivo.
A partir de ahí, podemos echar
mano de los que saben y han profundizado en el estudio dela persuasión para
poder conseguir nuestros objetivos, teniendo como herramienta nuestro discurso.
Asumamos, por ejemplo, los 6 principios de la influencia de R. Cialdini,
reciprocidad, coherencia, aprobación social, simpatía, autoridad y escasez; puestos
en práctica con las técnicas adecuadas podemos conseguir una capacidad de
influencia que nos convierta en personas realmente persuasivas. Si conocemos
las preocupaciones y anhelos de nuestro público objetivo, le hablamos a sus
emociones y les trasladamos nuestra intención sincera de ayudar, habremos dado
un gran paso.
¿Eso es todo? Ciertamente no.
Por lo que me han contado, he visto y he podido escuchar, este fin de
semana el Partido Popular ha cumplido en escenificación, formas y mensajes con exquisita
pulcritud todas las leyes de la persuasión. Pero…
¿Basta con eso? Probablemente no.
Ahora, llegará el momento definitivo para el “vendedor”. Tiene que
trasladar credibilidad al “comprador”. Sin credibilidad no hay comunicación
eficaz. Sin credibilidad será difícil que quienes se marcharon, vuelvan. La
credibilidad cuesta conseguirla y se puede perder muy fácilmente. Lo bueno de
todo esto es que tienen la oportunidad de conseguirlo.
P.D.
En la democracia de partidos, la unidad de los mismos es fundamental para el
éxito (al menos de puertas para dentro).