Debo mostrar mi asombro por el anuncio de la posible candidatura de Valls a la alcaldía de Barcelona. Definitivamente la falta de respeto al electorado y a las instituciones que lo representan no tiene límites. O quizá el show, el espectáculo, ha llegado a tal nivel, que ahora la cosa va a ir de fichajes estrella. (En España, porque en Francia el señor Manuel Valls está hecho fosfatina, que yo sepa).
Y mi comentario de hoy tampoco va de nacionalidades (desconozco si el Sr. Valls mantiene también la nacionalidad española además de la francesa). Ni siquiera de hacer comparaciones (porque no procede) con la estancia de Pepe Botella y su reinado en nuestro país. La situación, de parecerse a algo, es más como un equipo de fútbol en busca de jugadores excepcionales y mediáticos que hagan crecer las arcas del club; o como esos clubes de fútbol adquiridos a golpe de talón por cualquier multimillonario, como el PSG, por ejemplo. En Francia puede que estén ligeramente acostumbrados a este tipo de maniobras, pero a mi, personalmente, me parece un espectáculo.
Porque esto va de ofrecer al ciudadano, al pagano de los impuestos, al que deposita su confianza para ser
representado, el mejor de los tuyos de entre ellos, el más adecuado de los tuyos, pero para ellos, pensando en ellos y en los intereses de ellos en su conjunto.
En mi vida como asesor y consultor político siempre he intentado marcar lo que, honradamente, he pensado que deben ser los perfiles adecuados que a cada ámbito correspondiera. Para mí, la política local, la política municipal siempre ha sido la madre de todas las políticas. Conozco muchos políticos que piensan que para llegar a las más altas responsabilidades políticas debería ser obligatorio haber pasado por una concejalía (Y no creo que vayan desencaminados). Y ojo, que esto lo cumple el Sr. Valls, pero en Francia, claro.
Y es que en el caso que nos ocupa, se debería pensar en alguien con notoriedad "local". Conocido realmente por los ciudadanos-votantes. Alguien de demostrado interés y conocimiento de la localidad que pretende capitanear. Alguien que sienta los colores de su ciudad, es decir, los problemas, inquietudes y oportunidades que la ciudad y sus vecinos ofrecen. No sé si el Sr. Valls, aún siendo poseedor de la Gran Cruz de Isabel la Católica y de la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil, reúne las condiciones. Después de toda una vida en Francia, ¿va a trasladar su residencia permanente a la ciudad que pretende dirigir?. ¿Pretende ser alcalde o concejal de lunes a viernes? Me gustaría saber que ocurrirá si Manuel Valls se presenta a la alcaldía de Barcelona y los ciudadanos le dejan en la oposición; ¿va a permanecer los próximos cuatro años defendiendo los intereses de sus votantes y de Barcelona?, ¿desde un escaño en la oposición?. Por otro lado, ¿tan poco valen, tan poco les valoran a los afiliados de Barcelona de C`s que tienen que buscar el candidato en Francia? ¿Y las primarias? ¿Se merecen eso los barceloneses?
No sé, sinceramente no lo veo. Por eso me parece una operación no de marketing, no de comunicación, sino de puro espectáculo. Sigo pensando que no debería valer todo, pero en fin... la legitimidad no es el motor de la historia y mucho menos en estos tiempos de la posverdad. Y por ello, aprovechando la fecha... "cosas veredes, amigo Sancho"