Feliz Año a todos. Llevaba días con la sensación de que debía escribir, por fin, mi primera entrada del año. Como las ocupaciones me impidieron despedirme de 2017, tenía en mi interior una sensación de agobio, pues mi ausencia en el blog, desde luego, no era por falta de asuntos sobre los que escribir. Y...¡qué curioso!, ha sido viendo el partido de vuelta de la Copa del Rey del Numancia en el Bernabéu el que me ha incitado a escribir.
Y es que el pundonor y la garra de mis paisanos castellanos y leoneses de Soria, empatando a 2 ante el Madrid, me han recordado la defensa numantina de aquel pueblo celtíbero que aguantó durante años y prefirió suicidarse antes de rendirse ante el ataque del invasor romano allá por el 150 a.C.
El panorama de la comunicación política está en una circunstancia parecida miremos por donde miremos.
Prófugos y encarcelados indepes mantienen sus posiciones y prefieren el suicidio colectivo antes de rectificar su locura.
Antisitemas que se hunden, prefieren seguir dinamitando el sistema aunque eso pudiera suponer recesión y quiebra de uno de los estados de bienestar punteros en el mundo.
Receptores de la voluntad popular eluden responsabilidades porque, de repente, la victoria en Cataluña se ha tornado no en un fin, sino en un medio para adelantar un objetivo que se situaba en el largo plazo mientras generaban músculo que, de forma responsable, pudiera facilitar la acción política.
Los hundidos siguen buscando la respuesta en otros mundos cuando la tienen delante de sus propias narices. Parece que no se han dado cuenta de que ya están de camino al suicidio.
Ah!, y los del "país de las maravillas", ósea los de la plurinacionalidad y nado mientras guardo la ropa hasta ver qué pasa, también empeñados en que traguemos con la indefinición y el relativismo absoluto.
Cambiamos de año y va, y nieva. Y lejos de manejar la sencillez, la humildad y el corazón (ingredientes esenciales de una buena comunicación, política también) los gobernantes (cual suicidas) se ponen chulitos tipo maniquí "cortefiel" o ni se inmutan desde la tranquilidad de un palco en un estadio.
Mientras tanto, los de siempre, aprovechan para darnos la tabarra en las redes sociales intentando hacernos tragar que ponerse en carretera en determinadas condiciones y con las advertencias recibidas eximen de responsabilidad a los que generaron los atascos de la AP-6 mientras el puerto de Los Leones permanecía abierto. (De suicidio)
Para colmo, llega Rato y con grandes dosis de uno de los ingredientes de una buena comunicación personal, se despacha a gusto (con un par) en el Congreso y en los micrófonos de Carlos Herrera. Más claro, imposible. (Para suicidarse)
Dejo para el final la aparición en escena del gran discurso de 2018: marco (frame), frase pegadiza (soundbite) y activistas (activits) progres reeditando el arranque de Obama de 2004 en Chicago, Me refiero al fantástico discurso de Oprah Winfrey en defensa de la mujer y contra el maltrato en los Globos de Oro, aunque se hiciera desde la plataforma dorada de la abundancia, y sin el gran ausente y omitido, viejo amigo de todos ellos, el productor Harvey Weinstein.
Mientras sigue siendo la sociedad civil desalineada de los partidos políticos (misaligned) la que empieza a marcar el camino.
Para colmo, 2018 comienza con la expulsión de Nerea de OT, mientras defiende con uñas y dientes a su Agoney como candidato a representarnos en Eurovisión.
Demasiada defensa numantina y poca comunicación eficaz.