La muerte de mi amigo, el socialista Ángel Velasco, ha traído a mi mente el concepto de humildad.
En mis entrenamientos de oratoria y comunicación personal siempre es obligatorio conocer las 10 habilidades personales que hay que mejorar a la hora de hablar y comunicar a los demás. Una de estas habilidades es la humildad. Y hablo de habilidad y no de virtud, porque estamos hablando de cómo mejorar nuestra comunicación personal ante los demás entrenando y no de cómo cultivar nuestra alma y forjar nuestra forma de ser.
Una vez que ya están designados todos los candidatos a presidente de gobierno para las próximas elecciones, todos ellos elegidos conforme a los métodos democráticos que más se adecuan a sus intereses, les invito a que hagan un pequeño seguimiento a lo largo de la "larga" campaña a ver quién de todos se hace con el primer puesto en comunicar con humildad (nótese que no hablo de ser humilde porque, creo, ninguno lo es).
Ahí los tenemos a todos.
Rajoy se empleará en trasladar todos los esfuerzos (y los de los españoles) que ha habido que realizar para sacar a España de la crisis. Con humildad (pero con eficacia) deberá exponer todos sus éxitos. Para ello quizá debiera pensar en una buena selección de "humildes" para hacerlo y dejar sin voz a algunos de los que le rodean (en Moncloa y en Génova); simplemente porque no comunican con humildad. Por supuesto, habrá de aplicar la humildad para pedir disculpas, también, por lo errores.
Iglesias, que parece que ya ha estabilizado el vuelo, deberá añadir grandes dosis de humildad porque parece que el "loock" humilde no es suficiente. Si quieren llegar a la mayoría, deben dejar de atacar a la mayoría. Para eso, quizá, deban renunciar a algunos de sus principios y no sé si están dispuestos. Aunque, quizá se encuentren cómodos en estos resultados y hayan cumplido ya sus objetivos.
Garzón, en mi opinión ha confundido la humildad con el victimismo fraterno. Lo tiene complicado porque la humildad es un ingrediente necesario para la buena comunicación; pero también es cierto que quien te escucha, le gusta apuntarse a caballo ganador y para eso,
muchos de los suyos, ya tienen a Podemos.
Sánchez habrá de mejorar en humildad en su discurso, aunque para ello ya ha entrado de lleno (una vez más) en el más puro estilo Obama con bandera nacional y de la mano de su esposa sobre el escenario. No está mal el intento. Ahora toca el discurso.
Y Rivera, cuya puesta de largo se ha producido este fin de semana. Hasta ahora es el que mejor ha puesto en práctica la humildad en el mensaje. También, no es menos cierto que es el que más fácil lo tiene, de momento. Con las maneras de Obama en lo sustancial y una escenificación espartana y austera, conocemos sus primeros paseos en público con su pareja el mismo fin de semana que es noticia por su candidatura a la presidencia del gobierno.
Lo dicho, seguiremos las carreras por la humildad de nuestros candidatos para comprobar si hacen caso a aquello que escribió Cicerón de "cuanto más alto estemos situados, más humildes debemos ser"