jueves, 1 de septiembre de 2016

"Quosque tandem abutere, Petrus..."

¡Hola amigos!. Ya estamos de vuelta. Terminó el mes de agosto. Ése que nos pone a todos en modo "pausa", estemos o no trabajando como siempre, de guardia, de vacaciones o buscando trabajo.
Diría yo que no ha sido un agosto como otros. Ha tenido sus peculiaridades.
Nuestros deportistas en Río, una vez más, han cumplido con su misión de emocionarnos y recordarnos (entre lección y lección de esfuerzo y honradez) que seguimos siendo una gran Nación.
Algún prestigioso consultor político sigue escribiendo acertados artículos y planteando nuevos conceptos interesantes como el de la "política colaborativa".
Rajoy recibe a Rivera sin corbata en una finta de imagen propia de un campeón como Juan Antonio Corbalán y que demuestra que la veteranía es un grado (o que tiene buenos asesores que consiguen magistrales golpes de efecto).
Vacaciones irrenunciables de algunos que han proporcionado imágenes y silencios más que sorprendentes; y por supuesto, bronceados de temporada. (Aunque no me imagino yo a un autónomo cogiendo vacaciones justamente en las fechas en que su negocio está en plena efervescencia)
Por supuesto hemos visto equipos de negociación con escenificaciones a lo Borgen, que es lo que se lleva. Por cierto, enhorabuena por el trabajo, lo digo en serio. 
Las playas y las casas rurales llenas, imagen viva de la recuperación; aunque todavía no llegue a todo el mundo y existan barrios donde en agosto se sigue aparcando con dificultad, prueba evidente de que sus residentes no se han ido de vacaciones.
Comunicación política efectiva en un pueblo de interior de poco más de 600 habitantes: 4 días de fiestas patronales a razón de 90.000 euros en toros y baile. Esto sí que es comunicación política contundente. No sé si ese gobierno municipal ejerce la política colaborativa, pero que sabe ganar voluntades, es indudable.
Y rematamos agosto con el enésimo NO de Sánchez

¿Que dice que se ampara en que España es un sistema parlamentario? Ya lo sabíamos. Pero llegados a estas alturas, sería bueno practicar el parlamentarismo de verdad.
Por ejemplo, dando libertad de voto a los diputados de su grupo parlamentario. Por ejemplo reconociendo y respetando una mayoría que a falta de 6 votos para la absoluta, es lo suficientemente amplia como para pensar que hay un grupo de españoles que quieren que haya Gobierno de Rajoy y suman más que cada uno del resto de los grupos de ciudadanos. Por ejemplo, reconociendo la propia derrota y los peores resultados de un partido que ha gobernado España durante más de 20 años.
Pero si de verdad quiere practicar el parlamentarismo, dialogue y negocie y no se enroque en un "no" sin sentido. Ponga sobre la mesa una batería de propuestas sobre las que estaría dispuesto a ofrecer su abstención (entre otras la reforma de nuestra ley electoral). En el parlamentarismo, el sí tiene un precio, la abstención también. Evite las terceras elecciones consecutivas.
Vuelve a haber un tiempo para hacer historia, un tiempo para pasar a la historia, un tiempo para los hombres de estado. "Quosque tandem abutere, Petrus (Sánchez), patientia nostra".