jueves, 2 de enero de 2020

Más que comunicación política


Resultado de imagen de acuerdo psoe ercEl comienzo de 2020 se presenta apasionante por el juego estratégico de todos los intervinientes con vistas a seguir captando electores de cara a próximos comicios y apalancamiento de sus correspondientes “negocios”. Además, parece que tendremos regalo de Reyes especial.
En los primeros años 30 del siglo pasado, Antonio Gramsci, fundador del Partido Comunista Italiano y padre espiritual de la izquierda europea, planteó, al margen de sus teorías y principios ideológicos, el uso de herramientas y medios que facilitaran la hegemonía cultural y el sometimiento a través del lenguaje como vía para la consecución del poder político. La conquista cultural previa se hace imprescindible. La realidad está definida por palabras, por lo que, afirma, “quien controla las palabras controla la realidad”.
En 2012, Jonathan David Haidt, psicólogo social estadounidense, desarrolla su teoría de los fundamentos morales para intentar explicar los orígenes y las variaciones del razonamiento moral. Los fundamentos de esta teoría se desarrollan a partir de diferencias culturales para enfocarse posteriormente en la ideología política. Los fundamentos, seis, se componen por una serie de valores y sus opuestos, centrados en aspectos emocionales: Cuidado/daño: aprecio y protección de los demás; Justicia/engaño: justicia representada por un acuerdo con normas compartidas; Lealtad/traición: mantenerse con su grupo, familia o nación; Autoridad/subversión: obedecer a la tradición y a la autoridad legitimada; Santidad/degradación: agrado por cosas o acciones agradables; Libertad/opresión: nos mueve a la rebelión cuando nos sentimos humillados.
Combinen ustedes “Cuadernos de la cárcel” (Gramsci, A. 1929-1933) y “La mente de los justos” (Hait, J. 2012), es decir, control del lenguaje + control de las emociones y podrán entender cómo y porqué damos por sentadas y por buenas muchas de las cosas e ideas que, no hace demasiado tiempo, ni siquiera compartíamos.
Por ejemplo, sólo así se explica que el propio Rey, en su mensaje de Navidad, aludiera como un “todo” a Cataluña presentándola como una de las serias preocupaciones en España, en vez de identificar expresamente a los verdaderos responsables de la “situación”. Por ejemplo, esa puede ser la explicación a que en un acuerdo de investidura se plasme, negro sobre blanco, el concepto "conflicto político" en alusión a las pretensiones independentistas. Normalización conseguida a través de conquista del lenguaje y valores centrados en aspectos emocionales.
¡Feliz 2020!

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