jueves, 16 de septiembre de 2021

Las banderas de la "mesa"


Foto OK diario
Es inevitable escribir sobre la reunión de ayer entre el Presidente del Gobierno y el Presidente de la Generalitat de Cataluña. Letras, palabras e imágenes en cantidades industriales se han vertido en prensa, radio, televisión y redes.

Más allá de las intenciones, intereses y estrategias que ambos personajes persiguen, más allá de los esfuerzos por parte de Aragonés de hacer parecer un encuentro entre “iguales” aquí, tan solo quiero dejarte mi opinión sobre esos detalles, no tan invisibles, y que importan mucho, especialmente a quien los ejecuta. Concretamente, tres que tienen que ver con las banderas.

Y es que los símbolos y los gestos son importantes porque también hablan. Y hablan porque tienen un significado. El problema es que, ellos, no se pueden defender. Y no me parece lícito pervertirlos, maltratarlos para usarlos como mensaje partidista.

Imagen Libertad Digital

La reverencia de Sánchez a la Señera. Sinceramente, me parece un gesto amable. El único problema es que tamaña reverencia no se observa en el mismo mandatario ni con otras banderas de igual rango ni con, por ejemplo, el Jefe del Estado. Y, desde luego, esa amabilidad jamás la he visto hacia la Bandera Nacional por parte del Presidente de la Generalitat.


Otro detalle, no pequeño, lo constituye la separación de las banderas en el encuentro sentados entre ambos pedros (y en la mesa propiamente dicha). Que yo sepa, las banderas no contagian el covid-19. Cuando ambas banderas deberían permanecer juntas en el orden que marca la legislación, es decir, precediendo la Bandera de España, aquí las vemos, lo suficientemente separadas y dispuestas para dar apariencia de que las dos banderas representaran a dos países en condiciones de igualdad. (Nótese la diferencia con la reunión de los mismos protagonistas en Moncloa)

Foto El País
Foto El Confidencial


Imagen El Español
Retirada de la Bandera de España para las declaraciones de Aragonés a los medios de comunicación. En mi opinión, es el colmo de la obsesión, de la irreverencia y de la falta de respeto (incluidos los millones de catalanes que se sienten también españoles)

Imagen ok Diario
Si se practicara más la lealtad y se tuviera más respeto por la legalidad vigente, estoy seguro que los dos políticos verían engrandecidos sus personajes ante los ojos del ciudadano. El problema es que se olvidan de que detrás de esos símbolos, además de una legislación que los regula, hay personas que los sienten como suyos porque les representan. Por eso son importantes.

Así pues, no puedo sentir más que tristeza porque, como ha escrito en su cuenta de Twitter la Doctora en Comunicación Diana Rubio, experta en protocolo, “una vez más, la carencia de respeto a los símbolos en favor del mensaje político”.