domingo, 13 de noviembre de 2016

Lecciones de sentido común

Hoy quiero contarte una pequeña historia, amigo lector. Y no, no va de las elecciones de Estados Unidos, ni de razones de porqué ha ganado uno y ha perdido otra. 
He tenido la suerte de conocer una historia que me ha llenado de emoción y que no me resisto a compartir.
Pedro Bello Díaz

Mi amigo Pedro Bello Díaz, natural de Trabadelo (Bierzo-León) y emigrante en Argentina desde su más atrevida juventud me contó hace un par de días el relato que yo te traslado y que vivió en primera persona cuando comenzaba a convertirse en el "Rey de la papa frita" en Buenos Aires gracias a sus prósperos negocios de hostelería. Hoy Pedro es el presidente de las Sociedades Castellanoleonesas de Argentina.
El caso es que allá por los comienzos de los años 50 del siglo pasado, la colectividad española en Buenos Aires andaba con no pocas desavenencias.
En el bar "El español" se reunían los partidarios del Régimen y en el "Iberias" los partidarios de la República. Ambos bares en la gran avenida de mayo de la capital porteña; ambos escenario de alguna que otra "noble pelea, pugilato incluido"
Camiseta del Deportivo Español
La cuestión es que ante tanta desavenencia en la colectividad, algunos personajes ilustres, con gran amor a su patria, como Félix del Alcázar o Luis Soler Camino decidieron que había que hacer algo para terminar con las disputas, limar asperezas y dotar a la colectividad de un símbolo que los uniera por encima de las diferencias.
Mentes preclaras, generosas y buscadoras del bien común no tardaron en encontrar la solución: había que crear un equipo de fútbol. Se buscó el terreno neutral del bar "La Mezquita" en la calle Libertad y Bartolomé Mitre (a unas cuadras de los anteriores) para las reuniones preparatorias oportunas. Y así nació, el 12 de octubre de 1956 el Deportivo Español, presidido por Soler Camino.
Pero no se conformaron con crear el equipo de fútbol. Había que construir también el campo. Dicho y hecho. Todos manos a la obra; los del español y los del iberias. Todos juntos construyeron el campo de fútbol anhelado sobre un humedal de 14 hectáreas. Utilizaron los domingos, su día de descanso para colaborar en la tarea común de tener un equipo de fútbol, con su campo incluido, que les recordara permanentemente la Nación que les vio nacer. Unos aportaron el trabajo, otros ayudaron con aportaciones económicas, muchos ayudaron con un saco de cemento...
Españoles fuera de su Patria trabajando juntos por encima de sus propias ideologías por algo que les unía.
Escudos del Deportivo Español de Buenos Aires
El club llegó a contar con más de 17.000 socios y su estadio vio pasar, entre otros, a Julio Iglesias cantando para la colectividad, cuando aún no había dado el salto internacional y resonaban todavía sus actuaciones como arquero del Real Madrid.
Puro sentido común. A ver si aprendemos, que ya está todo inventado; basta no olvidarnos de nuestra propia historia.
De lo de Trump, por supuesto, ya habla el resto del planeta. 

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Gran Premio "XII Legislatura"

Claridad, credibilidad y corazón son los objetivos que hay que perseguir cuando alguien se dirige a otro. Podríamos decir que son la base de todo buen comunicador.
En función de su público objetivo y de sus intereses políticos, nuestros "líderes", mejor dicho, nuestros representantes políticos, han cargado la suerte en uno u otros objetivos.

Al margen de estrategias políticas, situaciones personales insólitas, altura de miras e intereses generales, tenemos la suerte de que ya se ha producido el desbloqueo institucional que ha atenazado el presente y el futuro de la Nación durante más de 300 días.

Y todos han concurrido en la parrilla de salida dispuestos a correr su particular carrera. Unos apurarán la frenada, otros abrirán gas al máximo en la recta de tribuna y otros se verán obligados a tumbarse en las curvas a riesgo de caer al suelo. Todo ello con el legítimo objetivo de ganar la carrera y complacer a su público.

Por desgracia, también participarán en esta carrera tramposos que sólo pretenden que sus competidores dén con sus huesos en el asfalto, o mucho peor, que se anule la competición para generar desconcierto y enfado en el espectador que pagó su entrada.

¡OJO con las trampas!. Fiar exclusivamente el mensaje, en estos tiempos, a lo puramente emocional conduce, sin duda, a estados de psicología colectiva alejados de la realidad y exentos de responsabilidad en un momento que no sería bueno para los intereses de España y de los españoles.

Por otro lado, siempre he pensado que no se inyectan mayores dosis de emoción a un mensaje que cuando, DE VERDAD,
creemos firmemente en lo que decimos.
Sería deseable que se dedicaran esfuerzos por parte de las escuderías constitucionalistas al QUÉ, CÓMO, QUIÉN, DÓNDE, POR QUÉ Y PARA QUIÉN; con mucha humildad, eso sí. Siempre desde la humildad.

Si además son capaces de emocionarnos, mucho mejor. Y a los tramposos, aunque tengan parte del público a su favor, aplicación estricta del reglamento de la competición. Quizá sea motivo inicial para que comiencen a perder seguidores.